en la calle

Mal vestidos, sucios, espontáneos, incorregibles. Somos peligrosos: ¡estamos enamorados!. Una idea flota sobre tu cabeza, para ellos (los todopoderosos) es una bomba de tiempo que podría estallar en el momento mas inesperado, en el instante menos pensado. Cuando el amor puro entra en tu vida, sentís que dejaste atrás toda clase de rigor convirtiéndote en un ser apasionado y perspicaz lo cual te lleva a arriesgarte de maneras increíbles y maravillosas. De esta forma el miedo es reducido y pocas veces te encontrás en situaciones vergonzosas; el “que dirán” pasa a segundo plano al verte centrando tu vida en un solo sentimiento que resume miles de momentos, olores, lugares, palabras y miradas. Vivís por amor; estas enamorada y eso para algunos es un riesgo. Mientras el mundo gira en dirección al gran reloj biológico que siempre avanza, que nunca para, vos y tu compañero improvisan salidas nocturnas al río para disfrutar, bajo la acogedora luz de la luna, del mayor gesto de amor entre dos seres. Mientras la gente se alista para sumergirse en sus tediosos trabajos diarios, vos y tu amante pasan horas traduciendo textos, tocando música o haciendo zines. Mientras todos vuelven a sus casas con el único propósito de sentarse frente a sus grandes televisores vos y tu par arreglan encuentros en los tejados, donde nadie oye, para llevar a cabo alguna acción directa.Los enamorados son una molestia tenaz para un mundo moderno en el que el bienestar llega a la vida de las personas en forma de autos cada día más rápidos, en pantallas cada vez más grandes, en electrodomésticos más y más sofisticados. Lo material parece ser la única razón por la cual el hombre actual vive y trabaja, o solo trabaja. Esto sitúa al placer virtual y superficial y a la comodidad, sujeta al lujo y a la acumulación de bienes materiales, en la cima de la pirámide de valores sociales obviando por completo la amistad, el compañerismo, la solidaridad, el respeto mutuo y, ¿como no?, el amor.Es sorprenderte ver la reacción estrictamente negativa de los gobernantes, la policía y del aparato eclesiástico frente a la expresión de este gran sentimiento en las calles. Esto pone en claro que no solo nos reprimen con miseria, violencia o terror sino que además lo hacen al querer privar nuestros impulsos naturales. No has pensado que "la vía pública", lugar que supone ser de todos, para todos, es el lugar menos público?. Cualquier demostración de amor en el banco de una plaza debería ser un acto común y cotidiano, pero, al contrario de esto, siquiera besarse apasionadamente en la calle esta mal visto por las autoridades, peor aun si llevas una relación homosexual, en este caso es muy posible que te enfrentes a todo tipo de violencia ante tu persona y tu moral. El amor, en un mundo tan descomunal, sin duda alguna, se ha vuelto un arma subversiva en la mano de poetas suicidas, vagos, locos, soñadores, músicos de la calle, ácratas, presos políticos, amas de casa abandonando sus casas y escritores peligrosos. El amor no es capital. está en nosotros, esta en la calle. Esta noche salimos a buscarlo !

2 comentarios:

Rafael Equivocado dijo...

Los dos textos me gustan mucho, y ademas me gusta la plantilla (que es igual que la mia, pero eso no tiene nada que ver). Sigan escribiendo, yo los leo.

Anónimo dijo...

muy bueno repo, un abrazo.