sobre el amor y lo dificil de algunas mañanas

Nuestras vidas comienzan a tomar cierta velocidad, cierto riesgo. Ellos dicen que estas creciendo, que tenés que empezar a considerar la vida de una manera más adulta, más responsable. Dicen que tenés que aprender a resolver tu vida de manera mas racional y no tan impulsiva.Vos amas rasparte las rodillas cuando la tabla se traba en la baranda. Vos amas los callos en los dedos después de una hermosa tarde de guitarras. Vos amas quedarte hasta tarde leyendo algún cuentito de Vasconcelos. Vos amas. Ellos no saben nada de eso. Montones de papeles se desparraman por todo el suelo de la tibia habitación, la maquina de escribir, el porta cds, la patineta debajo de la cama. Te levantas descalzo, te miras al espejo y encontrás en tus ojos la tierna imagen de algo mejor, de un poema que perdiste, de una canción. Te lavas la cara y la imagen sigue ahí. Te acercas a la maquina de escribir, sonreís. Es increíble el tiempo que pasaste este verano frente a ella mientras la gente se calcinaba en las playas de moda, mientras el sol le daba azotes al asfalto, mientras el agua del regador dejaba entrever en sus extensiones un esplendido arco iris. Mientras mojas la galletita en el té, le prometes a tu mamá que este año vas a mejorar tus notas en matemática, pero sabes bien que en esa hora lo único que mejoras son los trazos de tus dibujos. Ella se queda tranquila, vos a veces la entendés, ella nunca para de hacer cosas por la familia. Juntás tus libros y emprendes la caminata diaria hacia el colegio. Pensás, te gusta hacerlo. ¿Cómo seria el mundo sin odio?, ¿cómo seria nuestro continente si nadie hubiese descubierto la pólvora? ¿Cómo?¿Cómo es la vida detrás de todos esos grandes edificios, en la montaña, en la selva? La multitud te dispersa. Sentís que perdés el tiempo, que la vida te llama desde otro lugar, sentís que ninguna de esas formulas químicas explica tu vida y ni siquiera le da color. Sentís urgencia, ansiedad, y una necesidad enorme de escaparle a esa prisión del alma. Ellos dicen que es tu única obligación, que no podes pretender vivir del aire. Ellos dicen que es tu deber forjar un futuro digno y seguro. Vos amas perderte entre calles inhóspitas. Vos amas dejar volar tu imaginación hasta llegar donde ningún paso pudo dejar huella. Vos amas ser libre. Vos amas. Ellos no saben nada de eso. Volvés a casa deseando que no haya nadie. Están todos, siempre. Te aislás en tu cuarto, en tu maquina, en tus hojas, bajo tu piel, en lo mas profundo de tu pecho y escupís sangre, en esa sangre otro fanzin, un número más de aquel que venís sobrellevando hace meses, te brillan los ojos como nunca. Empieza todo otra vez. Recortas miles de revistas, dibujas cientos de bocetos, plásticola en mano enchastrás todo trocito de papel sobrante. Escribís en cuadernos, hojas viejas, manos y paredes para no olvidarte de eso que se te ocurrió mientras ella te daba la mano para cruzar la calle. Borras, cortas, pegas, sacas, pones, pensás, miras a tu alrededor para buscar inspiración. A veces la encontrás. Ellos siempre se quejan de todo, de tu forma de vestir, de tus malas costumbres, de tu apariencia, de tu manera de hablar, se quejan si tenés muchos amigos, se quejan si tenés pocos. Se quejan de la música que escuchas. Siempre se quejan y dicen que gracias a gente como vos el país está como está. Ellos dicen que con la pinta que tenés nunca vas a poder formar una familia ni lograr un buen puesto en el trabajo. Ellos dicen que tu vida los avergüenza. A vos no te interesa trabajar, ni formar una familia. Vos amas a los animales, por eso no te los comes. Vos amas a tus amigos, por eso no les mentís. Vos amas la libertad, por eso los odias. Ellos no saben nada de eso. Ellos no saben nada.

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